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El horno para ruborizarse  balas de cañón  de hierro

Fue construido alrededor de 1793 para quemar barcos enemigos. En ese momento, el castillo pertenecía a la  ministerio  de la Guerra y tenía una guarnición de 60 soldados. Por lo tanto, se requirió una cantidad considerable de trabajo y varias horas de calentamiento para que las bolas estuvieran listas para su uso.

- Entre 2 a 5 horas para alcanzar una bola de color rojo cereza.

 

- El horno tuvo que calentarse hasta 900 grados. El Four à rougir les boulets du château es el ÚNICO en Bretaña que se encuentra en una fortaleza, los otros están, por ejemplo, en  América (Fort-Jefferson, EE. UU., Fort-marion en Florida) Hay otros a lo largo de la costa bretona, en la punta de Erquy, así como en la punta de Roseliers en St Brieuc.

 

Estos hornos de rubor se usaban poco ya que para estar operativos, debían calentarse constantemente.

 

Al ser muy ineficientes, han mantenido un muy buen estado de conservación.

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